EL NOMBRE O EL CUERPO 
                    TRAER COLACION 
                    (traducción de Martha L. Canfield, Norte y Sur 2006) 
                    
ISBN 84-934184-7-1 
                  www.edalibros.com  
                   
				 
                 
                 
                  
                  El vacío es una tela pintada de palabras. Las palabras tiñen el vacío y, como en una seda imprimen colores y figuras elegantes y así cubriéndolo, se van fijando poco a poco, hasta quedar ellas solas indelebles. 
  Yukio Mishima 
                     
                    Por el hecho mismo de que se habla, cada cosa no es lo que es. El símbolo es el asesino de la cosa. 
                    Jacques Lacan 
                   
  
                    
                   
                  La palabra para mí 
                  venía desde lejos. 
                  Casi una prioridad 
                  la sentía yo. Un excitante. 
                  En un proceso de 
                  algún modo inverso. 
                  Al traerle a colación 
                  una realidad en cambio 
                  que más la tocas o la aferras 
                  y más rehuye inconsistente 
                  a los cinco sentidos. 
                  Con el resultado de ser 
                  lanzada contra un cuerpo 
                  pronunciado y, al  
                  decirlo, de golpe 
                  retomado. 
                    
                    
                  Malaria 
                   
                  Qué es más apreciable, ¿el nombre o el cuerpo? 
                  Lao-tzû 
                  El grado más alto de la presencia es la ausencia. 
                    Walter Benjamin 
                    
                    
                  "Demasiado cómodo 
                  hacer lo que a uno le gusta 
                  o lo que quiere". 
                    
                    
                  El envase de lata 
                  es redondo y rueda, 
                  una parte sobre la otra. 
                  Se puede oler, vacío, 
                  y lamerlo, quando 
                  el regaliz se ha terminado. 
                    
                    
                  manzana naranja ciruela manzana naranja ciruela 
  
                    
                  ... de dónde surgen 
                  los sueños, 
                  ropaje y adornos 
                  para el monstruo, o la locura: 
                  mezclados, rompecabezas 
                  con las piezas fuera de lugar, 
                  como pájaros de colores 
                  o murciélagos 
                  de pronto despegados 
                  del árbol de tinta azul. 
                    
                    
                  "Debe ser un acuerdo 
                  entre mayores, 
                  por despecho o por celos". 
                    
                    
                  En la torre del castillo 
                  inexpugnable, segura 
                  desde donde todo lo demás 
                  se controla. Un reino 
                  pequeño pero seguro, al menos 
                  durante el tiempo en que 
                  la puerta está cerrada con llave.  
                    
                    
                  (Escruta, subido 
                  al borde de la bañera 
                  en equilibrio, desnudo, 
                  indaga en el espejo 
                  la forma o bien una razón 
                  de todo ese deseo.) 
                    
                    
                  pesa el paso y apoya despacio lanza la piedra con la mano quieta ahora y vete lejos 
  
                    
                  "Mi madre dice que 
                  me puedo quitar todo". 
                  "La mía, apenas los 
                  pantalones y la camisa". 
                    
                    
                  (Verse, ser 
                  visto. Ponerlo al desnudo. 
                  Sostenerlo, si fuera 
                  necesario. Pero le parece 
                  que pudiera haber 
                  alguna cosa más...) 
                    
                    
                  Rojo. De fiebre, de 
                  sangre. Dentro del fuego. 
                  De uñas y de labios. 
                  De gente sin religión. 
                  De capas, de banderas. 
                    
                    
                  En el sumergible, "YO", 
                  en ruta por los mares. 
                  "Todos bajo cubierta, 
                  cerrar las escotillas. 
                  Inmersión rápida". 
                  El espacio circunscripto 
                  la bolsa de los olores 
                  la sombra de la cama. 
                    
                    
                  "... corazón, comedor, nido 
                  gnomo, carga, techo". 
                    
                    
                  Todavía. Exacta 
                  y seca la perorata 
                  palabra por palabra. 
                  Espejo, retrato 
                  analogía, prueba 
                  que abajo está, la cosa: 
                  lo que siempre será 
                  y ha sido siempre, 
                  no en todas partes 
                  o como sea. Dictado. 
                    
                    
                  ... en el Libro de los 
                  Libros Famosos, 
                  en la enciclopedia. 
                    
                    
                  "... tiene los colores 
                  del fuego, de la nieve 
                  y del césped". 
                    
                    
                  "Vamos, paga el precio. 
                  Decir, hacer, besar, 
                  carta o testamento?". 
                    
                    
                  (No es que renuncie 
                  antes, reincidiendo lo 
                  encuentra más hermoso. 
                  Pero le cabe la duda 
                  que si resulta magro 
                  será por eso mismo.) 
                    
                    
                  "Cuanto más rápido vayas, 
                  verás que más te gusta". 
                    
                    
                  ... que una palabra 
                  tenga un sexo y una  
                  persona (masculina si 
                  termina en a!). Pero 
                  incomprensible aun más 
                  el estado de falta 
                  de ausencia, en fin 
                  el aspecto negado 
                  en un concepto ni siquiera 
                  rechazado, inconcebible, 
                  de la nada y el estupor 
                  al pronunciarlo. 
                    
                    
                  "La suya, ¿dónde está? 
                  ¿De qué está hecha?". 
                    
                    
                  (A él el gusto, únicamente, 
                  de ser detenido. Y 
                  la idea de que es  
                  injusto e inconveniente 
                  y no tanto por ella 
                  en el fondo, si no lo tiene.) 
                    
                    
                  "Ya aprenderás, cuando 
                  seas más grande". 
                    
                    
                  En secreto visto y dicho 
                  a puertas cerradas, en sombras 
                  los susurros, inciertos 
                  los márgenes, pero exactos 
                  los indicios de señales 
                  recogidos, arrancados 
                  con gran prisa 
                  a sílabas, por miedo 
                  de ser descubiertos 
                  antes de descubrir 
                  centímetros cuadrados 
                  de anfractuosidades, de pelusa. 
                    
                  una rana negra y rara en la arena rodó tarde 
  
                  Miedo de que se rompa un vidrio 
                  de que la sal se derrame 
                  de que el agua hirviendo se desborde 
                  de que una gitana entre en la casa 
                  de que se caiga el frasco del aceite  
                  de que se arruine la salud. 
                  Miedo de quedarse a oscuras 
                  de encontrar en casa a un asesino 
                  de sacarse un ojo en una punta 
                  de no ser promovido 
                  de caer en un barranco 
                  de terminar dentro de un lago 
                  de ahogarse, de ser aplastado. 
                    
                    
                  "... lo has dicho. 
                  Sí, que lo has pensado. 
                  Que no se haya dado 
                  no importa ya". 
                    
                    
                  "¿De acuerdo, entonces? 
                  Vamos, hablemos mal". 
                  "Tenemos que decir 
                  solo palabrotas". 
                    
                    
                  Dichos y mirados 
                  en el diccionario. 
                  Admitidos, por tanto, o 
                  no completamente ignorados. 
                  Y los demás, sinónimos 
                  más amorfos y grises, 
                  al menos registrados. 
                    
                    
                  "Se ponen así, 
                  uno encima de otro". 
                    
                    
                  (Acostado, en la cama, 
                  para el enésimo ensayo 
                  general con la almohada. 
                  Afiebrado y jadeante 
                  besándola, abrazado.) 
                    
                    
                  Contra el espejo 
                  respecto de otro,  
                  pequeño, bajando y 
                  subiendo, para controlar 
                  cuál es el efecto 
                  de una visual distinta. 
                    
                    
                  "No debes andar 
                  con ciertos bandidos". 
                    
                    
                  Que sea justo  
                  ésa la trampa, 
                  para tentarte 
                  y hacerte caer en ella 
                  y, preso en la red, 
                  condenado eternamente 
                  entre gritos y gemidos 
                  en el lago, en el pozo 
                  en medio del fuego. 
                    
                    
                  "Lo que se ha confesado 
                  es perdonado. Y que quede 
                  libre si es absuelto". 
                    
                    
                  (Lo atormenta, de  
                  pronto, la incómoda idea 
                  de no corresponder en nada 
                  al modelo de pureza 
                  al que lo han acostumbrado.) 
                    
                    
                  ... que se le escape 
                  una maldición 
                  sin querer, que  
                  se le forme en la cabeza 
                  como un disparo 
                  no controlado. 
                    
                    
                  Pero, sí, quien estuvo 
                  los siete primeros viernes 
                  de cada mes, con letanías 
                  y rezos cada noche, 
                  sea lo que sea lo que ha hecho 
                  y lo que sigue haciendo 
                  seguramente se ha salvado. 
                    
                    
                  "Mientras tanto, en todo sitio 
                  Dios te ve". 
                    
                    
                  (Apunta hacia allá, sin 
                  saberlo. Lo atrae 
                  instintivamente, mientras 
                  su mano es absorbida 
                  en esa convexidad 
                  sin apoyadero.) 
                    
                    
                  "Se lo digo a tu madre 
                  que me tocas". 
                    
                    
                  ... que ocurra y 
                  no importa cómo, 
                  que finalmente 
                  se anule toda reserva 
                  y, cueste lo que cueste, 
                  que venga lo que sigue. 
                  A pesar de la impresión 
                  acaso de disgusto, 
                  incluso en la sangre 
                  el hedor y el sudor.  
                    
                    
                  "A ella también le gusta, 
                  no te creas". 
                    
                    
                  Para consumir de prisa 
                  en lo oscuro, en el encierro 
                  del cuarto, 
                  sin que se vea o 
                  que se oiga, escondido 
                  solapado, en perjuicio 
                  de alguien, como ofensa 
                  riesgo y, es más, vergüenza 
                  violando, lo mejor 
                  que se pueda, la entrega.  
                    
                    
                  ... y es, resulta 
                  inconsistente, 
                  por más que se diga 
                  se ordene y se pida, 
                  contra ese modo de estar 
                  quieto y sordo, eso 
                  sí imperativo y urgente,  
                  de su nombre.  
                    
                    
                  De nuevo repetido 
                  para sí o en alta voz 
                  vuelto a escribir en largas 
                  filas en los cuadernos, 
                  en grande o en pequeño 
                  manuscrito o letra de imprenta 
                  en alfabeto griego 
                  con la grafía más antigua 
                  dibujado, incluso 
                  cincelado. Siempre el mismo. 
                    
                    
                  "A la que tú realmente quieres 
                  no se lo haces". 
                    
                    
                  Que sea maldita, sí, 
                  e impura y asquerosa 
                  perdida... mas destinada 
                  a apagar una sed 
                  apetitosa, justamente 
                  por esta cosa, 
                  dolorosamente deseada. 
                    
                    
                  (El sueño suyo es de 
                  perderse, de caer entre 
                  las manos de una mujer 
                  sin escrúpulos.) 
                    
                    
                  "Se dejan hacer 
                  todo lo que quieras". 
                    
                    
                  Para deletrear, unido 
                  a otro, empujando 
                  sus bordes, con la voz 
                  casi apagada, entrecortada 
                  debajo de los dientes como 
                  debajo de la falda, 
                  el bufido desesperado 
                  de... ramera. 
                    
                    
                    
                  Fue gloria de veras? 
                    
                  La forma de la casa es el itinerario de un destino. Bunker, fortaleza, laberinto decoroso: las tipologías, juntas, de la guerra y de la corte. Carceleros y encarcelados 
                    espían el mundo, a través de las troneras, y se lo representan en el sueño. 
                    Anónimo                   
                  La única verdad que la gente acepta es la que se presenta ya digerida y manipulada, reducida y decorada. 
                  Hermann Hesse 
                    
                    
                  "Pero cómo, vamos... No  
                  dan nada de nada". 
                    
                    
                  "... por hoy también 
                  hemos terminado. 
                  Buenas noches". 
                    
                    
                  Sí, el esplendor cromático 
                  del video, 
                  el dulce estar a la ventura 
                  tomando, sorbiendo, degustando 
                  los tiernos postres. 
                  Apropiándose de la vida 
                   ya aderezada, 
                  así, premasticada y digerida. 
                  Para entregarse al juego  
                  de las poses, al neutro movimiento 
                  patinado 
                   en donde 
                  nada más existe realmente, 
                  en una lejanía 
                   que entretiene 
                  sino solo por ese poco 
                  que uno pudiera ser rozado. 
                  La misma fantasía predispuesta, 
                  fuera de sí, incubada 
                  se hipnotiza, se disuelve.  
                  Más no detiene 
                   el agua 
                  es un chorro que se expande 
                  que ahoga, que se traga. 
                    
                    
                  "A tu edad, yo no 
                  tenía tiempo 
                  de aburrirme". 
                    
                    
                  La sala es  
                  en estilo inglés. 
                  Flecos y moños 
                  por todos lados. Tiestos 
                  en los estantes, grabados 
                  de flores y castillos. 
                   
                    
                  (De sí mismo prefiere 
                  las manos. 
                  Le gusta mirarlas, 
                  fingiendo estar de frente. 
                  Gráciles y lánguidas 
                  casi femeninas.) 
                    
                    
                  "Con todos tus 
                  proyectos raros... 
                  Anuda esos hilos sueltos 
                  de lo que tú quisieras hacer". 
                    
                    
                  Justo en la otra orilla 
                  a nivel del agua 
                  surge y no surge 
                  parece y no parece. 
                  Dejándonos la duda 
                  que exista de verdad 
                  o que sea un engaño 
                  un pretexto, una coartada 
                  el resto de una  
                  historia no empezada 
                  el centro putrefacto 
                  de un aborto. 
                    
                    
                  "Que diga lo que diga, 
                  nunca tengo razón...". 
                    
                    
                  (Será por su carácter 
                  escéptico impaciente, 
                  por la pereza o por la ligereza 
                  por una astucia reductiva 
                  acaso por capricho, 
                  sin duda aspectos nobles, signos 
                  de apertura contemplativa, 
                  pero pudiendo se substrae  
                  al uso de palabras, 
                  al borde de los pensamientos 
                  tras el halo y el humo 
                  que ellas dejan.) 
                    
                    
                  "... lo mataron en 
                  la calle, delante de su casa, 
                  dos jóvenes que huyeron  
                  arriba de un vehículo". 
                    
                    
                  "Pero mira tú, qué 
                  cosa. Qué cobardes". 
                  "Todos los días hay algo. 
                  Pásame los platos". 
                    
                    
                  "A ver. ¿Quién es? 
                  No está. No ha regresado". 
                    
                    
                  (Es cierto que impresiona... 
                  pero mientras almuerza, 
                  si no hay muertos 
                  catástrofes, desastres, 
                  y bueno, sí, lo admite, 
                  a él no le disgusta.) 
                    
                    
                  "Ese dinero, entonces.  
                  ¿Pediste? ¿Te lo dan?". 
                    
                    
                  La mesa ocupa  
                  todo el comedor: 
                  apenas queda sitio 
                  para las sillas. 
                  Y hay también un carrito 
                  con el televisor.  
                    
                    
                  "Si te enojas, ves, 
                  es sólo culpa tuya". 
                    
                    
                  (Se da cuenta contento 
                  que es aún y que será 
                  lo mismo que era, 
                  siempre igual: un niño 
                  que patalea 
                  y grita: "Así no vale!".) 
                    
                    
                  "A lo mejor, tú crees. 
                  Pero luego... uno se arrepiente". 
                    
                    
                  Los golpes secos, 
                  el sonido que llega 
                  del despertador 
                  a regular el rito 
                  de la limpieza, en el encierro 
                  ordenado con las puertas 
                  en lo oscuro, en lo privado. 
                    
                    
                  Figúrese. A ver. 
                  Al contrario... No, me lo dieron. 
                  No me molesta para nada". 
                    
                    
                  El gusto del estallido, 
                  ceder o abandonarse 
                  luego de soportar, 
                  la fuga de sí mismo casi. 
                  La técnica sutil 
                  el arte, inclusive,  
                  del estornudo... 
                    
                    
                  (A él, los niños 
                  un poco lo disgustan. 
                  Los piensa siempre 
                  sucios y malolientes, 
                  pequeños monstruos 
                  que tocan y que arruinan.) 
                    
                    
                  "Es difícil, oye. Pero 
                  ¿lo quieres entender?". 
                    
                    
                  ... con el eco que,  
                  reuniéndolos, los llama 
                  al escenario. 
                  Figuras en lo opaco, 
                  fantasmas desinflados 
                  con mantas y pantuflas 
                  y bolsas de agua tibia. 
                   
                    
                  "Delincuentes. Como para 
                  encerrarlos para siempre 
                  o matarlos".  
                    
                    
                  (Ya mató a tantos 
                  en su mente. 
                  Gritó: "Cerdo, 
                  te lo mereces". 
                  Es el asesino, se 
                  vanagloria, verdugo 
                  de sus enemigos. 
                  Sin que se pierda 
                  nada de la estima 
                  que reserva 
                  para su propia vida.) 
                    
                    
                  "... mas sin exagerar. 
                  Para no quedar quemado". 
                    
                    
                  El dormitorio es  
                  en estilo chippendale, 
                  con su cómoda 
                  y sus butacones. 
                  Tiene un tocador 
                  y un gran armario. 
                    
                    
                  "¿Qué se te ocurre? 
                  Dilo, por favor". 
                    
                    
                  De alegres bosques, aquí 
                  sólo la sombra, de setos vivos 
                  el signo, en las paredes. 
                  En el espacio circunscrito 
                   presos 
                  adentro, en la negra quebrada. 
                  Rendida 
                   henchida enormidad 
                  que envuelve y amasa 
                  túrgida pulpa, 
                   crema 
                  pastaflora que emite cálida acritud, 
                  humores debajo del nudo en la garganta  
                  gorgoteando. Lo lleno 
                  que se vacía. Angarilla 
                   lámpara 
                  que cuelga y que consiste 
                  que cede y en sí retira. 
                  Cubo de crema esponjosa 
                  blando pulpo 
                   catarata. 
                    
                    
                  (Será que de pequeño  
                  soñaba culos, vientres 
                  y senos dilatados, 
                  y era muy hábil dibujándolos 
                  y lo buscaban por esto. 
                  Para él valían solos, 
                  sin el resto del cuerpo 
                  o la cabeza.) 
                    
                    
                  ... los lados, las casillas, 
                  en el reino, en el plan 
                  de la jaula, del juego de ajedrez. 
                  Hierve el encanto 
                  de un hilo suspendido, 
                  en la cima del nido  
                  de la corte. Para la cura 
                  de siervas y de putas. 
                    
                    
                  "Así, quédate quieta. 
                  Es un instante solo". 
                  "Déjeme ya. ¿Qué hace? 
                  Mire que grito". 
                  "Debieras de agradecerme  
                  todo lo que te enseño". 
                  "Dios mío. Pero qué pasa, 
                  se oye a la señora...". 
                    
                    
                  El baño es angosto, 
                  con un espejo 
                  y un armarito 
                  y el lavamanos encima del bidet. 
                  Y entre la bañera y 
                  la ventana, la lavadora 
                  y un mueble de zapatos. 
                    
                    
                  "No pienses más. Trata 
                  de hacer más bien. Así te queda 
                  siempre algo a lo cual 
                  te puedas aferrar". 
                    
                    
                  (Pero le parece que  
                  las mujeres gustan de ellos 
                  si son bellacos, 
                  y sólo por ellos 
                  pierden la cabeza.  
                  Que los demás, listos, 
                  ni aun a la señal, 
                  para las intenciones 
                  cuentan no más  
                  como soluciones.) 
                    
                    
                  "Ábrete con nosotros. 
                  ¿Qué te falta? Deja 
                  que te aconsejen  
                  tus allegados". 
                    
                    
                  ... sí, de esos relámpagos 
                  lívidos, que se propagan 
                  como capilares 
                  en la blanca piel. 
                    
                    
                  La cristalera 
                  y la estantería de madera  
                  falsa, en la angosta 
                  cocina. El fregadero 
                  debajo de la ventana 
                  y el frigidaire que ocupa 
                  un tercio de la puerta. 
                    
                    
                  "El tiempo pasa de prisa. 
                  Y todo... Pronto. Envejece...". 
                    
                    
                  La tajada de melón 
                  casi se deshace: 
                  es densa, madura 
                  en su punto justo. 
                  Deja que resbale  
                  por la lengua,  
                  pensándote entre tanto 
                  con toda crueldad 
                  en el lugar de mando. 
                    
                    
                  (Aprecia una idea de sí, 
                  vive de ella 
                  y de sus invenciones. 
                  De sus fantasmas, 
                  de su gloria.) 
                    
                    
                  "Para ti, lo sé, 
                  no cuenta, no ha sido. 
                  Con todo lo que trabajamos, 
                  tu padre y yo".  
                    
                    
                  (Reservado y algo introvertido 
                  irreprochable, al verlo, 
                  obediente a toda autoridad. 
                  Él que responde serio: 
                  "Figúrese, por favor". 
                  Elegante, sí, y amable 
                  muy discreto siempre 
                  acogido en todas partes con favor. 
                  Será así, pero... lejos 
                  fuera de la escena, se siente él, 
                  ni siquiera en acecho, 
                  y más a la defensiva, casi 
                  completamente ausente.) 
                    
                    
                  Por amor o por fuerza 
                    
                  "El primer amor, sí, puede ser el último, señora Napier.  "Te equivocas. No, querida, no es así". 
                  Ivy Compton Burnett                   
                  Sólo el tirano habla de amor. 
                  Norman O Brown 
  
                    
                  "Llegaste por fin. 
                  ¿Qué pasó? ¿Dónde estuviste?" 
                    
                    
                  (Y de nada sirve 
                  estar en tanto oficio. 
                  No se llena el vacío 
                  con un gesto, y apenas 
                  puede hacerlo o solo 
                  fruncir de sombras 
                  el proscenio, el nombre 
                  de la ausencia: el objeto, 
                  entre tanto, fue delirio.) 
                    
                    
                  "Es inútil, por qué 
                  no quieres entender. 
                  "Sólo el de una madre 
                  no puede tener fin". 
                    
                    
                  Uno se siente, de pronto, 
                  así, fuera de sí". 
                    
                    
                  Quieto, bajo cristal, desnudo 
                  incuba la espera,  
                  seco 
                  hielo cruel del desapego 
                  corteza que guarda tierno 
                  bloque laja que, 
                  mientras, 
                  se raja. Eso 
                  que ya no paraliza. 
                  Gota a gota, pierde 
                  se vuelve reguero 
                  torrente. 
                  Y alrededor, en la extensión 
                  henchida, estalla, se confunde 
                  y de los tajos 
                  de la herida sangrante 
                  se derrama. 
                  En movimiento, de carrera 
                  hasta los bordes lleno 
                  se desborda, incontenible,  
                  vierte. 
                  "Dirá que no es verdad, 
                  que le habrá parecido. 
                  Que estaba equivocado". 
                    
                    
                  "Te has ido de casa. 
                  Qué cambiado estás..." 
                    
                    
                  "¿Y por qué yo? 
                  Porque le gusto, espero". 
                    
                    
                  y no existen 
                  excusas, no hay 
                  cómo arreglarlo. 
                    
                    
                  El cuarto es angosto 
                  y alargado 
                  con las ventanas 
                  bien cerradas. 
                    
                    
                  "Entonces, ¿yo te gusto? 
                  Dímelo de nuevo". 
                    
                    
                  Y aunque incierto persiste 
                  fielmente en su camino. 
                  Tropezando en lo oscuro 
                  entre nieblas y humos, 
                  sin saber nada 
                  del hoy ni del mañana. 
                  Es cosa de llamada,  
                  de gritos y señales 
                  que nos lancemos yendo 
                  como hace un salvavidas. 
                    
                    
                  "¿Y no te cansarás 
                  de mí? Ni aun cuando..." 
                    
                    
                  (No se abandona, no. 
                  Está presente, siempre 
                  y a ambos los incita 
                  a la constante enunciación  
                  de corroboraciones.) 
                    
                    
                  En la pared la lámpara 
                  es bien débil: las sombras 
                  unas de otras 
                  se separan. 
                    
                    
                  "Abrázame. Así, 
                  estréchame fuerte". 
                    
                    
                  A eso que inestable 
                  va pasando, precipita más 
                  allá de la vertiente 
                  y desenclava, rompe los márgenes 
                  confunde y mezcla 
                  en un único magma 
                  indiferente, 
                  a eso que de a poco 
                  o por nada alcanza para sí 
                  para un estado preciso 
                  y un papel de persona 
                  sin tiempo y sin espacio 
                  sin historia 
                  excepto por un paso 
                  un breve vuelo, 
                  se opone el compromiso 
                  indeclinable y único 
                  la certidumbre 
                  de cosa no entendida 
                  ni aprendida. 
                    
                    
                  ...sentir que perteneces 
                  a alguien, y que ese 
                  alguien te pertenece 
                  para siempre, solo a ti. 
                    
                    
                  Un deseo de duración 
                  de resistencia, a toda 
                  costa, de oposición 
                  premeditada al vacío. 
                    
                    
                  "Pero por qué, ahora 
                  interesarse por mí... 
                  ¿Qué tengo? ¿Cuánto valgo? 
                  ¿No encontraría acaso 
                  algo mejor en otro?" 
                    
                    
                  Libros en el suelo, 
                  y pilas de cuadernos 
                  detrás de la cortina 
                  contra la pared. 
                    
                    
                  "Estaremos siempre juntos. 
                  Y nos diremos todo". 
                    
                    
                  Estado de cautiveria: 
                  especie de cinturón 
                  al que se tiende, más o menos, 
                  al que se aspira por temor. 
                  Que se impone, precisamente, 
                  mientras se lo padece. 
                    
                    
                  "Cara, si es en serio. 
                  Si me va a querer siempre. 
                  Cruz, si es sólo un juego 
                  que va a terminar". 
                    
                    
                  ... una duda, a 
                  traición, 
                  te golpea. 
                    
                    
                  "Pero sí, lo verás,  
                  me va a dejar. 
                  Es cuestión de tiempo, 
                  cuando al fin se habrá 
                  quitado las ganas". 
                    
                    
                  La biblioteca 
                  ocupa toda la habitación 
                  y contra la ventana 
                  forma una hornacina 
                  medio escondida. 
                    
                    
                  (Le resultan, a él, 
                  mitología. Los estallidos 
                  de un destino que, 
                  continuamente piensa 
                  atemorizado, podía 
                  no tener eco.) 
                    
                    
                  "¿Me tomas el pelo? 
                  Y entonces, ¿cuánto?" 
                  "Tanto, sí. Más aún. 
                  Infinitamente. Hasta la muerte". 
                    
                    
                  En el uso suyo corriente 
                  se mide por horas. 
                  Sin embargo, termina siempre 
                  que se le da un valor 
                  indefinido, de tesoro, 
                  de espacio de años luz... 
                    
                    
                  ... todavía 
                  me escondo 
                  detrás del tabique 
                  de luz, fruto 
                  del sueño. 
                    
                    
                  "Tú eres distinto, 
                  único en el mundo". 
                    
                    
                  Demandado 
                  detenido, inaferrable 
                  gozado, declamado 
                  en esa forma suya de ser todo.  
                    
                    
                  "Así no vale. 
                  No te contesto". 
                  "Pero si quisieras 
                  elegir de veras..." 
                    
                    
                  El viejo parquet 
                  del piso 
                  huele a lustrado 
                  y crepita continuamente 
                  en cada movimiento. 
                    
                    
                  "Se oyen  por allá... 
                  Espera. Por favor, tengo miedo". 
                    
                    
                  Juntos. Cuidadosamente 
                  estando en el cuerpo, al tacto 
                  despierto, al gusto 
                  violado 
                  por el ojo, por la mano. 
                  Un sentido perdido 
                  retomado, 
                  en lenta caída 
                  de peso, se deja 
                  vez 
                  a vez, se dobla 
                  se devuelve a su vuelo. 
                  En el fondo, en el lazo  
                  recostados 
                  desviados, confundidos 
                  rendidos a la estrecha cintura. 
                    
                    
                  Belleza, sí, lo sé, 
                  sólo tú existes. 
                    
                    
                  (Sin embargo, la borra. 
                  Quisiera que no fuera 
                  la cosa que más 
                  lo atrae de ella.) 
                    
                    
                  "¿Pero qué piensas tú, 
                  realmente de mí?" 
                    
                    
                  (Queda desconcertado 
                  frente a la pretensión 
                  de tener en sí presentes 
                  sus pensamientos. 
                  Teme no ser 
                  correspondido en todo, 
                  que ella descuide 
                  la dedicación más absoluta.) 
                    
                    
                  La estera de cabuya 
                  está entre la silla 
                  y las patas de la mesita, 
                  hasta debajo de los tubos 
                  del radiador. 
                    
                    
                  "¿Qué te pasa? 
                  ¿No quieres? ¿Ya no más?" 
                    
                    
                  Ocurre a menudo 
                  por norma o por error 
                  que todo ser vivo 
                  en estado de acontecer 
                  esté condicionado 
                  en sus funciones 
                  por las sensaciones  
                  de dolor o de placer. 
                    
                    
                  "Nada, te digo. 
                  No es que me niegue". 
                  "Pero no contestas... 
                  Ves, te quedas mudo". 
                    
                    
                  "Pero es increíble, 
                  me siento aliviado 
                  acabando de salir 
                  acabando de dejarla". 
                    
                    
                  (Lo acosa el ansia 
                  de estar al lado 
                  del cuerpo amado 
                  pero luego que lo ha visto 
                  y tocado más y más, a  
                  despecho de sí mismo tiene 
                  que reconocerse haíto 
                  y ya con el pensamiento 
                  se desliza 
                  al momento de dejarlo 
                  para estar otra vez 
                  a punto de encontrarlo.) 
                    
                    
                  "Es raro y sin embargo 
                  es cierto el alivio 
                  que siento, por un rato 
                  después de que se ha ido". 
                    
                    
                  ...así, abierta 
                  hinchada, amoratada 
                  aunque ya no pierda 
                  tanta sangre, 
                  la llaga. 
                    
                    
                  Humedad exuda 
                  la pared: 
                  toda áspera 
                  de costras 
                  que levantan 
                  los cuadros. 
                    
                    
                  "Vamos, pon tu mano 
                  en la mía". 
                  "Aquí está, prisionera 
                  en el lazo que la apresa". 
                  "Jura que nunca 
                  por otra me dejarás". 
                    
                    
                    
                    
                  El sitio de Constantinopla 
                    
                  Pensáis que pueda esconderos algo, o que mis discípulos... Pero no hay nada que yo no os diga, en verdad. 
                                      Confucio  
                  He tenido malos maestros. Ha sido una buena escuela.                   
                  Arnfrid Astel 
  
                    
                  ... la hórrida caverna,
				llena de oscuridad 
                  de puntadas en los ojos, 
                  de nuestra incertidumbre 
                  sobre los enemigos. 
                    
                    
                  Un horizonte abierto 
                  que no tocas, 
                  del cual te es ajena 
                  la circunferencia y la distancia. 
                    
                    
                  "Más allá de las tierras conocidas 
                  creían que se encontraba 
                  la sede del pueblo 
                  bienaventurado...". 
                    
                    
                  Lo han intentado ya, 
                  con el vino, las peleas 
                  y el amor. 
                  Pero se consumen de inanición: 
                  no abandonan 
                  el límite de la habitación 
                  no cruzan los umbrales, 
                  por desidia por temor 
                  o negligencia. 
                    
                    
                  (... que consiga 
                  expresar en palabras 
                  el estado de espera 
                  o de carencia, 
                  que tenga un resalto 
                  incluso en la ausencia 
                  aquello de lo que se teme, a cada 
                  instante, la inconsistencia.) 
                    
                    
                  Tantos, moviéndose 
                  pero cada uno por su cuenta 
                  hasta la noche 
                  en los mapas en las rutas... 
                  apresurar el paso 
                   hacia lo alto 
                  en la meta, a quien llega 
                  primero a la cima. 
                  Pero desde la cima 
                   hacia abajo 
                  enturbia la vista 
                  una sutil neblina.  
                    
                    
                  De negro raído, 
                  las manos algo lunares 
                  aferradas a su bastón, 
                  el anciano el santo 
                  el pensador maestro 
                  rodeado de la corte 
                  de mudos mayordomos 
                  de prelados que 
                  le harán el contracanto. 
                    
                    
                  (Aquí, se da cuenta, 
                  no ha venido 
                  tanto por la universidad. 
                  Es otra idea, en el fondo, 
                  del espacio y del tiempo, 
                  una inversión 
                  del pasado.  
                  La curiosidad. Algo 
                  que a lo mejor, en breve, 
                  aunque por el momento 
                  lo deje estupefacto, 
                  se va a perder.) 
                    
                    
                  El ingreso resulta un 
                  largo encajonamiento. 
                  La poca luz 
                  le llega desde el patio. 
                  Está cubierta, la pared, 
                  de dibujos: cabezas 
                  del Che y estrellas 
                  de cinco puntas 
                  y, repetido, con pintura 
                  roja y negra: 
                  al centro del poder. 
                    
                    
                  "... de todos conocemos 
                  la evolución. 
                  Solamente el de Nausicaa 
                  sigue incierto. 
                  De ella sabemos, solamente, 
                  que era virgen. 
                  ¿Mas durará? El amor o 
                  el azar o la razón de estado...". 
                    
                    
                  Mientras pronuncia 
                  a voz en cuello 
                  las estudiadas fórmulas 
                  de su clase 
                  y levanta el índice 
                  y modula riéndose 
                  desde el lado, presume, 
                  de la razón. 
                    
                    
                  (Miedo de lo que espera 
                  pero no para sí solo, 
                  para ella... que al fin 
                  el choque con la realidad 
                  no cambie o adultere 
                  la unión entre los dos o que, 
                  a lo mejor, le ofrezca de sí 
                  una imagen inferior. 
                  Y, más aún, celos 
                  de que ella se exponga. 
                  Callando, ambiguamente, 
                  la intención 
                  de escoger en su lugar.) 
                    
                    
                  La escalera es amplia y oscura. 
                  De amarillo ocre intenso 
                  de manchas de humedad, 
                  diversamente historiado: 
                  el pueblo en ascenso, 
                  basta de bibliografía, 
                  obreros y estudiantes, 
                  muerte a los avaros 
                 mandarines de la burguesía.  
                    
                    
                  La idea, retomada, de 
                  dar un orden al mundo 
                  de insistir, a la 
                  búsqueda del secreto.  
                  Que sea solamente 
                  cuestión de paciencia.  
                  Pero nos ahorras 
                  una fatiga... 
                  La pretensión 
                  de pedir cuentas 
                  a los libros, a la escritura.  
                    
                    
                  Muros cargados de volúmenes 
                  y polvo y ajustamientos 
                  de la madera, 
                   alrededor. 
                  Voces y pasos, debajo 
                  de la mesa 
                   suspendidos, 
                  rumor de páginas 
                  y codos y botones. 
                  Ruidos a lo lejos 
                   detenidos 
                  expulsados afuera 
                  por barreras de papel. 
                  Flujos, corrientes de energía 
                  de un polo a otro 
                  saltando de las páginas 
                  a los cuerpos inclinados en los descansos. 
                  Vertical 
                   en equilibrio 
                  pescando, de pliegos 
                  elencos contabilidades 
                  de un mundo concentrado 
                  encerrado en una caja 
                  exprimido, destilado. 
                  Todo bloqueado 
                  o en leve movimiento 
                  de algas y peces 
                   en el acuario, 
                  hasta el golpe del libro 
                  al caer de la silla 
                  a causa del estornudo. 
                    
                    
                  ... no obstante el esfuerzo 
                  que se hizo, a  
                  cada paso, violando 
                  las razones, desplazando 
                  las posiciones más seguras, 
                  no queda nada. 
                  Está todo cancelado. 
                    
                    
                  Amor que a todo  
                  amante a amar obliga... 
                  Pero no da la idea 
                  no pertenece, no 
                  funciona, si no 
                  como ruido 
                  como sonido puro 
                  que no revela nada más 
                  y da placer 
                  al pronunciarlo en sí 
                  al triturarlo 
                  entre los labios. 
                  Y... la memoria  
                  cede, viene a faltar.  
                    
                    
                  (Le sucede, ya le ha 
                  sucedido, que se cree 
                  o tan solo que espera 
                  ser un escritor. 
                  Es cuidadoso y rígido 
                  en esta exploración: 
                  se ausculta y, mientras 
                  espera, teme. Sí, 
                  tiene miedo del diagnóstico.) 
                    
                    
                  "... que sea un error, entonces,  
                  y se equivoque al considerarla 
                  la única expresión".  
                    
                    
                  Es un certificarse 
                  aquí, como en cualquier 
                  otro lugar, por encima  
                  de los detalles. 
                    
                    
                  La sala es estrecha 
                  y tiembla cada vez 
                  que tiran la puerta. 
                  Es un corredor 
                  dividido en cuartos, 
                  con las ventanas 
                  hasta el piso. 
                    
                    
                  "... de estos 
                  jeques de reinos menores 
                  con sus harenes 
                  escribas y pretorianos".  
                    
                    
                  ... asediada al fin 
                  por todas partes, 
                  reducida a pocas millas. 
                  Fue atropellada 
                  desde mar y desde tierra 
                  por hordas innumerables 
                  por una flotilla... 
                    
                    
                  No era el corredor,  
                  el cuello de botella 
                  de las Termópilas. 
                    
                    
                  Manos que estrechan 
                  una garganta lívida 
                  en vano palpitante. 
                  En los ojos, por un lado, 
                  torres y cúpulas doradas 
                  más allá de los muros. 
                  Por otro... 
                    
                    
                  Nada de recuerdos, 
                  no, sin palabras 
                  frente al miedo. 
                    
                    
                  La caída. El sitio 
                  de Constantinopla. 
                    
                    
                  La idea, por momentos, 
                  de que importe lo que ya 
                  ha sido, el resto 
                  de los tiempos, el orden 
                  más aparente que... 
                  el resultado: 
                  rendirse ante las cosas 
                  como son, a su 
                  inerte movimiento, para 
                  sostener o, al menos, 
                  tapar el vacío. 
                    
                    
                  "Encima de la luna 
                  está el reino de lo divino 
                  y abajo el que es 
                  humano y demoníaco. 
                  Del éter a la tierra 
                  el cuerpo se hace 
                  cada vez más pesado".  
                    
                    
                  (No cree, en el fondo, 
                  en un corte neto. 
                  La negación le resulta  
                  mientras que sepa elegir. 
                  Pero los límites pedidos, 
                  las vendas en los ojos 
                  y en la memoria... 
                  No puede interesarle 
                  la acción que pretende 
                  iluminar el mundo 
                  y finge y calla por una 
                  supuesta verdad, 
                  por la fe.) 
                    
                    
                  El largo corredor 
                  no recibe luz. 
                  Hay lámparas de neón y bancos 
                  a lo largo de las paredes 
                  y radiadores bajos. 
                  Carteles pintados 
                  por todas partes, 
                  entre los que resalta: 
                  no gregarios sino 
                  sujetos de la historia. 
                    
                    
                  "Ocupaciones principales, 
                  a lo mejor no habéis 
                  nunca pensado, de todas  
                  las órdenes sacerdotales 
                  venían, sí, todos los días 
                  a preparar el almuerzo 
                  para los dioses 
                  y luego comerlo". 
                    
                    
                  Reducir adelgazarlo 
                  en progresivo afinamiento 
                  y luego dejarlo irse 
                  a fondo, bancarrota 
                  y que así sea. Pero... 
                  no es tal vez ésta 
                  la vía, tampoco.  
                    
                    
                  (Teme que, quedándose 
                  en posición de defensa 
                  frente a tantas cosas, 
                  no se consiga decirlas 
                  tal como son 
                  y que se pueda hacerlo 
                  solamente dejando, tras de sí 
                  y tras ellos, el campo abierto.) 
                    
                    
                    
                  Excelentes productos 
                    
                  "... sí, las máximas sublimes promueven para la vida". el Ministro de Instrucción Pública                                     
                  No somos nosotros que logramos cambiar las cosas según nuestros deseos, paulatinamente es nuestro deseo lo que cambia. Marcel Proust 
  
                    
                  "¡Cuidado! Camina, 
                  no pierdas tiempo. 
                  ¿Los hiciste los deberes? 
                  ¿Terminaste de estudiar?". 
                  "Y bueno...". 
                  "No andes dando vueltas. 
                  No te hagas la tonta". 
                  "Ufa". 
                  "No te portes mal". 
                    
                    
                  "Sí, parece un fantasma 
                  a estas horas". 
                  "El casco de una nave". 
                    
                    
                  Luz en el espejo y mango.    Pero 
                  en el opaco fondo del armario, 
                  abarrotado y en sí arrebujado 
                  inanimado, amontonarse en pliegues 
                  de cándida ropa lavada, 
                  en cintas rollos serpentines 
                  sobre la seca madera contrapeada 
                  maloliente en astillas rechinantes, 
                  como ataviado de fiesta 
                  y preservado intacto en el trayecto 
                  inmóvil envuelto en celofán 
                  contraído, 
                   despojo sustrato palafito 
                  de fórmulas y de figuras vanas 
                  de modos replicantes de competiciones, 
                  envoltura vacía 
                  globo arrugado desinflado 
                  revoque despegado		capa 
                  sin escorias deshuesada, 
                  de sí lleno y contento, que... 
                   pero vuela en el viento 
                  hincha resopla se retuerce 
                  monstruo grifo cometa 
                  paño quilla de fantasma, 
                  leche pálida perlácea 
                   blanco luz, 
                  de cera	blando cuerpo 
                  cogido dejado. 
                    
                    
                  "... el empeño, al confiarle 
                  la nueva gente, la admonición, 
                  la exhortación del poeta:  
                  temple de los jóvenes intrépidos 
                  el confidente ingenio". 
                    
                    
                  La tienda está seca 
                  por el polvo, 
                  de los vidrios sucios 
                  la luz pasa a las paredes 
                  llenas de grietas. 
                    
                    
                  "A veces me pregunto 
                  qué es lo que hacemos". 
                  "Parece que escapara 
                  lo que creías encontrar". 
                    
                    
                  (... sed lex. La disciplina 
                  es pues indispensable. 
                  Si los soldados no obedecieran 
                  al general en la campaña, 
                  la derrota en el caos 
                  sería inevitable.) 
                    
                    
                  Amarillentas cuelgan  
                  las lámparas del techo 
                  y los bancos cojean 
                  con los asientos marcados. 
                    
                    
                  "... el sentido está en coger 
                  despegar, arrancar. 
                  Se dice de flores y de frutas, 
                  de abejas que chupan el polen. 
                  De quien goza de la vida 
                  pero también de quien está agotado. 
                  Transcribir, al margen, las voces: 
                  carpo carpsi carptum carpere". 
                    
                    
                  "Te dan ganas de estar 
                  en otro sitio, entre tanto". 
                  "... que todo corra y pase,  
                  para ti, rápidamente". 
                    
                    
                  Telas de araña cubren 
                  las polvorientas rejillas 
                  de enormes termosifones 
                  herrumbrosos. 
                    
                    
                  "Hablar de algo 
                  que siempre se ha dicho". 
                  "De libros, que luego 
                  nadie ha leído". 
                    
                    
                  "... no, que no alcanza. 
                  No hay que ser perezosas. 
                  Tema: Haciendo oportuna 
                  referencia...". 
                    
                    
                  ... están todos de acuerdo 
                  que el mundo ha cambiado 
                  y que estudiar se ha vuelto 
                  el problema número uno 
                  para la juventud. 
                    
                    
                  Hoy con las máquinas 
                  y el progreso de la ciencia, 
                  el ignorante está perdido 
                  en la moderna civilización. 
                    
                    
                  ... de nosotros  
                  cuando seamos grandes 
                  qué será 
                  qué no será de nosotros. 
                  El tiempo apremia cada vez más. 
                    
                    
                  ... para encontrarnos un día 
                  cómodamente, espero, 
                  en el mundo en que viviremos. 
                    
                    
                  "Lo he visto, sabes, ayer 
                  saliendo de la escuela". 
                  "Salúdelo, deténgalo, 
                  dígale una palabra".  
                    
                    
                  En el suelo, bultos oscuros 
                  de lana y de pelo 
                  levitan a cada paso 
                  a lo largo de las paredes.  
                    
                    
                  "Razonar con ellos 
                  no me es posible". 
                  "Cada quien se guarda 
                  sus propios pensamientos". 
                    
                    
                  La pizarra está volteada 
                  contra la pared.  
                  El negro de la lámina  
                  perdió su nitidez 
                  y el polvo de la tiza 
                  se acumula en los bordes. 
                    
                    
                  Polvere pulvis polvere, 
                  nimbo de polvo. 
                  Polvo en donde trazar 
                  el signo lábil. 
                  In solem et pulverem 
                  producere doctrinam. 
                  Polvo y sombra.  
                  Punzar pulverizar sacudir 
                  del cono de luz en fermento 
                  al mezclarse en torno 
                  de la apertura de la puerta. 
                  Molestia y peso abandonados  
                  al soplo caliente del aire. 
                  En polvo ese grano  
                  que fuera el principio. 
                  En polvo ese grano 
                  que obstruye el mecanismo. 
                    
                    
                  "Parece raro, entiendo 
                  cómo es, y un cierto tedio 
                  domina la lectura. Pero 
                  es cuestión de tiempo únicamente, 
                  sí, doy mi palabra...".  
                    
                    
                  En la sombra del aula 
                  detrás de las otras, en el fondo, 
                  se peina y ríe. 
                    
                    
                  "Creía que a mí sola  
                  me pasaban ciertas cosas". 
                  "Hasta que un día otra  
                  te lo dice". 
                    
                    
                  "¡Qué tiene que ver! El punto, 
                  afronta la cuestión 
                  y de los datos que recuerdas 
                  traza el cuadro exacto 
                  de la situación". 
                    
                    
                  (...factor decisivo 
                  para la formación, siempre, 
                  del carácter moral. 
                  Que el joven discípulo 
                  reflexione y que no se exima, 
                  en el proceso educativo, 
                  de la contribución 
                  que es esencial.) 
                    
                    
                  "Quédate en casa. Es mejor. 
                  ¿Dónde es que quieres ir?". 
                  "Adonde se me da la gana". 
                  "Que no tengas que arrepentirte, 
                  aquí tienes quien te quiere". 
                  "Y eso, ¿qué tiene que ver?" 
                  Afuera, el mundo es malvado, 
                  qué puedes saber tú...". 
                  "Quiero verlo con mis ojos". 
                  "Aquí nada te falta". 
                    
                    
                  "No encuentro semejanzas 
                  con lo de los autores". 
                  "Tal vez es gente rara, 
                  muy lejos de lo nuestro". 
                    
                    
                  Algo escriben de prisa 
                  en el cuaderno, y ríen, 
                  y luego lo releen.  
                    
                    
                  "... toda intención, la voluntad, 
                  en la inminencia de un acontecer. 
                  Incluso destinación, necesidad. 
                  ¿Comprendéis? At tamen fiet 
                  quod futurum est". 
                    
                    
                  Apoya el mentón 
                  sobre su hombro y ríe. 
                  La sombra es más densa 
                  durante la clase.  
                    
                    
                  Desde el paño y la sombra 
                  imperceptible avanza, 
                  sostén y espectro 
                  indicio leve aparición, 
                  la larva lechosa  
                  de aquello que será. 
                  En la sombra quedarse 
                  como suspendido 
                  a divisar la luz. 
                  Sacudirse rehacerse 
                  en el estado lento del contacto. 
                  Dulce licor eléctrico 
                  savia disuelta. 
                  Anuda y desanuda en sí 
                  empuja y afianza 
                  el oscuro deseo, 
                  sentido de un evento 
                  que no ocurre jamás. 
                    
                    
                  "... la regla? Veámosla 
                  aplicada y, entonces sí, habréis 
                  fijado a fondo la lección".  
                    
                    
                  "Por cómo me mira sé 
                  lo que quiere de mí". 
                  "Me alcanzaría con que una vez 
                  dijera que no está seguro". 
                    
                    
                  Se trenza el cabello 
                  y bajando la mirada 
                  a intervalos deja caer  
                  la estilográfica en el banco. 
                    
                    
                  Padre potente 
                  albedrío precepto 
                  señor que toma 
                  que maneja los hilos 
                  que mueve y que sostiene 
                  dominio y licencia. 
                  Padre que está ausente 
                  sol lejano 
                  oficio ignoto 
                  enigma que acosa 
                  distinto y extranjero 
                  límite término fin. 
                  Padre resplandeciente 
                  pensado soñado 
                  llevado de la mano 
                  guerrero regresado 
                  poco dispuesto a quedarse 
                  a jugar a hablar alguna vez 
                  papito papá. 
                    
                    
                  "Es aquí, estudiando 
                  aprendiendo las reglas del juego, 
                  como lograréis saber 
                  y consolidaros en la vida". 
                    
                    
                  "No saben qué decir, 
                  unas pocas palabras". 
                  "Repiten aún las frases 
                  que siempre escuché". 
                    
                    
                  "No pienses más. Te sientes 
                  mal: cansada, agotada". 
                  "No, estoy bien... Es  
                  asunto mío. No te entrometas". 
                  "Todas manías. Ya verás cómo 
                  con una cura te pasará". 
                    
                    
                  La madre sonríe 
                  entre juegos de palabras, 
                  en el sol que de tarde 
                  se estanca en el polvo 
                  de los bancos. 
                    
                    
                  "Ella es toda para la escuela 
                  esa niña". 
                  "Está bien, para una mujer, 
                  tener ciertas nociones". 
                  "Para mí, antes que nada, 
                  vale la disciplina". 
                    
                    
                  En el aula profunda, 
                  entre el grupo incierto de figuras, 
                  mira a su alrededor 
                  con aire de complicidad. 
                    
                    
                  "Son chicos y quieren 
                  certidumbres para el futuro". 
                  "Ya verá usted también 
                  si tiene hijos un día". 
                  "... no quisiera decirlo, pero 
                  está de lo más bien 
                  con ella, se lo aseguro". 
                    
                    
                  "Es una niña todavía. 
                  Con todo lo que se ve 
                  hoy en el mundo". 
                  "Le digo siempre 
                  que no se exponga". 
                  "Que no se meta 
                  en ciertas cosas". 
                    
                    
                  Pocas palabras de prisa 
                  y una risa seca, 
                  mientras la luz se ahoga sucumbe 
                  tragada por el techo. 
                    
                    
                  "Es un problema, 
                  sí, de sensatez. 
                  Hágame caso: 
                  lo que cuenta, 
                  permítame que se lo diga, 
                  es la experiencia". 
                    
                    
                  Madre matriz 
                  cascarón del que se libra 
                  la entraña 
                  vulva oscura caverna 
                  anacarada concha 
                  forro vaina. 
                  Madre madrastra 
                  nudo alambre 
                  maroma cuerda 
                  cabo de cable  
                  amarra caña hilo de cobre. 
                  Madre madrina 
                  palo que tiene la base 
                  de la serie puntal 
                  varita conductora 
                  remo barra timón. 
                  Aspar con el hilo 
                  tender quebrar 
                  desenredar el envoltorio. 
                    
                    
                  "¿De qué sirve? 
                  Es un ejercicio práctico 
                  sumamente natural. 
                  También el solfeo 
                  es aburrido repetitivo, 
                  pero si quieres  
                  aprender a tocar..." 
                    
                    
                  Se abre la puerta 
                  y entra un bedel 
                  con la circular. 
                    
                    
                  (... no sólo garantía 
                  de paz para Europa, 
                  sello de eterna conexión 
                  de vidas y destinos, 
                  en una historia sola 
                  y una misma cultura. 
                  El sueño de Mazzini...) 
                    
                    
                  "Le gustaría, a veces, 
                  que yo repitiera sus palabras". 
                  "Busca la familiaridad, 
                  para controlarme". 
                    
                    
                  "Me da asco... sin 
                  hambre. No, no me gusta". 
                  "Come, que te aprovecha. 
                  ¿Qué habéis hecho en la escuela?". 
                  "Cuándo... ¿Esta mañana? 
                  Nada, ufa. Tonterías". 
                  "Cómo nada. Y pórtate bien. 
                  Resopla, sí, pobrecita". 
                  "Como siempre, todo lo mismo. 
                  No me gusta, no quiero". 
                  "Traga, sentada derecha. 
                  ¿Lo haces adrede? Ven más cerca". 
                    
                    
                  "¿Qué condiciones, pues? 
                  Cómo, cuándo, por qué... 
                  No puedes ignorar el modo 
                  y no saber las razones". 
                    
                    
                  La clase está oscura: 
                  de los globos opacos 
                  las luces bajan sólo 
                  hasta la mitad. 
                    
                    
                  "... a lo mejor 
                  incluso más hermoso. 
                  Buscad, para entender, 
                  la fórmula exacta de decir". 
                    
                    
                  Abre el cuaderno. 
                  Mira la compañera 
                  y lee sin respirar. 
                    
                    
                  "La vida es una pelota: 
                  la hundes y vuelve a flotar". 
                    
                    
                  "La vida es vagabunda 
                  y anda sin intención". 
                    
                    
                  "La vida es agua sucia. 
                  Es todo y no es nada". 
                    
                    
                  Vida viviente    estado 
                  patente latente 
                  acción función 
                  diafragma de la nada 
                  desde la nada 
                  músculo diástole. 
                  Vida vagando    estado 
                  incitando inhibiendo 
                  acción razón 
                  nexo cadena 
                  músculo sístole. 
                  Vida fluyente    estado 
                  estancado corriente 
                  acción escisión 
                  parte mezcla meznada 
                  combinación. 
                    
                    
                  "Sabe, el programa... 
                  Hay un plan superior. 
                  Nada nace de nada". 
                    
                    
                  "Hasta la vista, pues". 
                  "Buenos días, profesor". 
                    
                    
                  La hilera de los percheros 
                  rotos, a lo largo 
                  del corredor. Papeles 
                  y colillas, en el suelo. 
                    
                    
                  "Lo habrás notado, 
                  tú también, que es raro". 
                  "De a poco, te vas sintiendo 
                  así, en parte, distinta". 
                    
                    
                  Crecida que lleva 
                  que dobla desarma 
                  de orilla a orilla 
                  que baja que salta. 
                  Onda que envuelve 
                  descarga y extiende 
                  que vierte que funde 
                  que crece 
                  disipa recoge 
                  reúne. 
                  Flotando fluctuando. 
                    
                    
                  "Es un mar grande 
                  que se navega cada día". 
                  "Hasta que encuentres 
                  algo de tierra firme". 
                    
                    
                  "Vamos, apurémonos 
                  que es tarde". 
                  "¡Es tarde, un cuerno! 
                  Con lo que nos espera...". 
                  "Quién sabe que no falte 
                  alguno esta mañana". 
                    
                    
                    
                    
                    
                  Fuera del cuerpo 
                    
                  Hay en el hombre una tendencia natural a alejarse del cuerpo y a reprimir en sí mismo sus funciones. 
                  Jonathan Swift 
                  Tiene nuestro cuerpo ese defecto, que cuanto más se le prodigan curas y comodidades, tanto más descubre necesidades y urgencias 
                  Teresa de Lisieux 
  
                    
                  "De modo que todo  
                  sería un gran error". 
                  "No sé si es casual 
                  o un plano superior. Pero, 
                  claro, en el defecto y 
                  en el dolor". 
                    
                    
                  Lo desconocido retrocede 
                  un paso y avanza 
                  al infinito. 
                    
                    
                  "O por lo menos la impresión 
                  de un olvido... No sé, 
                  de ahogarse". 
                  "Que se caiga hasta el fondo 
                  perdido el horizonte, 
                  y desaparezca". 
                    
                    
                  Parece que no existe 
                  en el mundo una historia 
                  que faltan contornos 
                  definidos, que todo 
                  sucede, desde cierto punto 
                  de vista, por inercia 
                  o por presión de un vacío 
                  que adquiere espacio y movimiento  
                  en la prosecución de los días 
                  hasta que se colma.  
                    
                    
                  "Ten cuidado, claro, 
                  adonde vas. Sigue la pista 
                  sin ceder ni confundirte, 
                  Y no vale que te equivoques 
                  menos aún con lo conocido. 
                  Porque el misterio 
                  real está por cierto 
                  en lo que se ve". 
                    
                    
                  ... y no se pierde 
                  mas tampoco se conquista. 
                    
                    
                  Es vacío es nada 
                  el chapuzón no termina 
                  sombra de sombra 
                  mantiene 
                  el cuerpo no sube 
                  voz desde el agua 
                  empuja 
                  de sí a cada uno 
                  estrecha 
                  la parte que se asoma 
                  y disimula el resto sumergido 
                  cose los lados  
                  a los bordes de la apertura 
                  inventa la forma 
                  que llega y no regresa 
                  dentro sangre y fango 
                  en ser deshecho 
                  y arriba desde el fondo 
                  solo de cabeza 
                  allá en lo más profundo 
                  inter 
                  urinas et feces 
                  bajo una luz cansada 
                  por gasas e instrumentos 
                  afuera a flote 
                  nascimur. 
                    
                    
                  En el ámbito 
                  de la teoría, 
                  identidad (¿la mía?) 
                  resultado 
                  casi de registro civil. 
                    
                    
                  Vida: estado de 
                  confusa situación, 
                  intento de relación 
                  entre un hoy 
                  en vano organizado 
                  y lo que ayer se tejió 
                  ineludible trazado. 
                  Escarnio de gestos 
                  e intenciones, 
                  convenio de palabras 
                  vivido y no aceptado. 
                    
                    
                  (No se reconoce  
                  ni joven ni viejo, 
                  no sabe si es hermoso 
                  o feo. Se 
                  considera un estorbo 
                  o bien desaparece 
                  casi del todo). 
                    
                    
                  Controles, demoras, 
                  esperas sin fin 
                  antes de dar 
                  por fin el salto. 
                    
                    
                  ...así la vida en la caída 
                  rápida, encima  
                  de esa ola... 
                    
                    
                  "Hasta saber 
                  que luego, allá, 
                  no hay más orilla". 
                    
                    
                  Es el borrarse 
                  progresivo de lo 
                  querido o conocido, 
                  las cuentas que ya 
                  no están cuadrando. El  
                  margen cada vez más 
                  delgado, a medida 
                  que se abren hendijas 
                  y vacíos en las filas. 
                    
                    
                  "Por otra parte, es 
                  natural la insatisfacción 
                  que te acomete". 
                    
                    
                  ... por lo que 
                  has pensado 
                  o en el recuerdo 
                  de lo que ha pasado. 
                    
                    
                  (Es que no ama  
                  el paisaje natural 
                  sino mirado  
                  desde afuera  
                  del escenario, 
                  desde un adecuado observatorio 
                  por poco que se pueda 
                  presidiado.) 
                    
                    
                  "Como si debiera  
                  mejorarla". 
                  "Porque, en efecto,  
                  es siempre defraudante". 
                    
                    
                  Como señal de fuga 
                  o de ausencia, de lo 
                  podrido o de lo oscuro, 
                  del reino perdido 
                  recién reconquistado, 
                  del cerdo que se hincha 
                  y es degollado, del 
                  montón de nieve 
                  que se deshace en nada. 
                    
                    
                  (Obsesión de lo sucio, 
                  resbaloso, oscuro. 
                  Las arañas, lo terrorizan 
                  solo con verlas, 
                  los insectos. 
                  La idea de un contacto 
                  le corta el respiro, 
                  es como si golpeara 
                  contra un muro.) 
                    
                    
                  "Le pasa a mucha gente. 
                  Con la ilusión, sí, 
                  o la esperanza 
                  de una solución". 
                    
                    
                  A veces se pueden  
                  encontrar esos pasajes: 
                  túnel, corredor 
                  entre adentro y afuera, 
                  entre lleno y vacío. 
                  Pozo, cono de volcán, 
                  precipicio. Desfiladero, 
                  así parece, de frontera. 
                    
                    
                  ...la mirada fija 
                  en lo desconocido, el tono 
                  descuidado, el impulso 
                  incontrolado de unos 
                  labios rojísimos  
                  en la cara de cera. 
                    
                    
                  Un soplo que alienta 
                  en cada cosa, 
                  un condensado de 
                  vahos y sustancias 
                  en descomposición, 
                  un hálito de muerte 
                  que se deposita 
                  en lenta húmeda 
                  fermentación. 
                    
                    
                  "Mire, será 
                  como usted dice. 
                  ¡Pero qué aburrimiento!" 
                    
                    
                  (... no obstante el ambiente 
                  haya hecho que prefiera 
                  la discreción y le 
                  haya impuesto ese poco 
                  de buen gusto, 
                  vicios burgueses.) 
                    
                    
                  Lo más fastidioso  
                  es que ocurra incluso 
                  cuando no estamos, 
                  y en tanto metidos 
                  adentro de otra historia, 
                  ni nos percatamos. 
                    
                    
                  (Lo sabe, que le gusta 
                  - tal vez por su modo de ser 
                  tan cerebral - 
                  que ella se tenga los zapatos 
                  al menos uno, ése 
                  de taco alto  
                  que lleva consigo: 
                  tocarlo, por lo pronto, 
                  sentir que lo pisotea.) 
                    
                    
                  Es un raro sentido... 
                  "Vamos, rasguña 
                  con las zarpas!" 
                  de apresamiento y poder, 
                  para tenerla en sus manos. 
                  El estado de placer 
                  es estar quietos  
                  siguiendo con los ojos 
                  a alguien que se mueve 
                  a lo lejos. 
                    
                    
                  Con el gusto, sí, 
                  con el tacto y con la  
                  vista, con toda la  
                  cabeza, manos, labios 
                  y piel... en fin, 
                  con el cuerpo pero 
                  afuera de su 
                  cuerpo. 
                    
                    
                  (Unidos, aún 
                  y siempre, en la escena 
                  que se hace realidad. 
                  Está donde el médico, 
                  con él traiciona 
                  a su marido. 
                  Es la camarera 
                  con la que se entiende 
                  cuando sale 
                  la señora. 
                  Propenso él y 
                  lista ella, los dos 
                  recitando la comedia.) 
                    
                    
                  Es la parte dicha 
                  y al decirla violada, 
                  la que cuenta. 
                  Es lo consagrado 
                  lo que por instinto se vuelve 
                  objeto de blasfemia. 
                    
                    
                  ...tigre, ella, muerde 
                  y araña. La lengua 
                  ya se desliza. 
                    
                    
                  Te quiero mía, 
                  fiel a mí y totalmente 
                  dependiente. 
                  Disponer de tu vida 
                  toda, 
                  sin medida. 
                  Aunque sea contra 
                  la razón, aunque 
                  lo sienta como 
                  traición, por miedo, 
                  y una violencia. 
                  Será lo que será. 
                    
                    
                  Será la molestia 
                  de alguna interferencia, 
                  efecto del amor 
                  que no puede tomarse 
                  todo, pero que 
                  impide la renuncia. 
                  Necesidad de presidir 
                  un flanco, con la  
                  consecuencia de 
                  resistir sin estar 
                  enteramente dispuestos 
                  a la adhesión. Y luego 
                  el peso escéptico 
                  frente a la evidencia 
                  que te asalta, de que 
                  de todos modos todo  
                  está siempre destinado 
                  a acabar mal. 
                    
                    
                  "¿Se puede lograr 
                  escribirla, sí,  
                  encontrarla... la verdad 
                  presumible de las cosas?" 
                    
                    
                  El caballero blanco 
                  alto, irrepetible 
                  singular. 
                    
                    
                  Ocurre sin planes 
                  por una suma 
                  incalculable 
                  de fuerzas en el campo, 
                  la sorpresa, la ocasión  
                  de otro itinerario, 
                  bajando desde espacios 
                  más lejanos, 
                  la intersección 
                  en ese mismo punto. 
                  Pero siempre sin 
                  tiempo ni modo 
                  ni siquiera de 
                  establecer conversación. 
                    
                    
                  (Es un lugar éste 
                  en el que ya ha estado 
                  y en el que estará 
                  quién sabe cuántas veces. 
                  Si no estuviera ella, 
                  sería otra 
                  a hacerle eco. 
                  Está aquí la solución 
                  más bien imprevista 
                  cínica y cruel, 
                  en la admisión de que 
                  la escena pueda 
                  cambiar de actores 
                  y que se digan 
                  con la misma convicción  
                  las mismas cosas 
                  a más de una persona.) 
                    
                    
                  "Parecía de tal modo que,  
                  no sé, para siempre... 
                  decisiva". 
                  "En una eterna, 
                  hubieras dicho, 
                  conexión". 
                    
                    
                  Moviéndose, se sabe, 
                  se invierte la perspectiva. 
                  Y estando quietos 
                  no se podía entender 
                  que era una cuestión 
                  solamente relativa. Es 
                  el movimiento, sí, que 
                  pone en relación 
                  con las cosas y...  
                  actualiza lo distante 
                  y vuelve vacante 
                  lo cercano. 
                    
                    
                  (Sucede de pronto, 
                  dentro del túnel 
                  en el aire muerto 
                  que arde en la garganta. 
                  Cada vez  
                  que acaba de pasar... 
                  Sin embargo, no, no vale. 
                  Ni que recuerdes, 
                  ni que te anticipes. 
                  Golpea en el muro 
                  y allí se da cuenta, 
                  dentro del recorrido 
                  mismo y ciego 
                  - espejo de sí 
                  de un despojo suyo -, 
                  de lo que ha sido 
                  de cómo, en el fondo 
                  y contra sus deseos, 
                  él ha cambiado.) 
                    
                    
                  Así, espontáneamente, 
                  cada uno pretende 
                  ocupar el lugar 
                  que no tiene. La parte 
                  que le ha sido dada se diluye 
                  frente a la otra 
                  imaginada. 
                    
                    
                  ...la carga suave. 
                  Cae, no obstante, la pluma, 
                  como plomo en el abismo. 
                    
                    
                  De pronto, la idea 
                  de un vacío, sin movimiento, 
                  de la nada, de la ausencia 
                  de un signo o de una huella, 
                  congela la sangre y 
                  hace temblar manos y voz. 
                  En el punto extremo y 
                  ya no más lejano: 
                  en las bocas del río, 
                  a un paso, a un palmo 
                  de la frontera, quién está 
                  o qué cosa... que me salve 
                  del salto, de la condena. 
                    
                    
                  "Así, desde lo alto 
                  me rebajé a un acuerdo". 
                  "Con la ilusión del 
                  perfecto compromiso". 
                    
                    
                  No obstante, y entre tanto,  
                  rendidos a la evidencia 
                  de ir navegando 
                  a la deriva. 
                   
                    
                   
                    
                    
                   
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